Casatración ontológica y la clínica con niñas en la atualidad.

Trabalho para a jornada do Sedes Sapientiae – Feminino e o Imaginário Contemporâneo | 2008

Desafiada a pensar a cerca de los nuevos tipos de quejas en la clínica con niños [¹] , en particular quejas de agresividad en las conductas de las niñas, empecé por hacer reflexiones teóricas y clínicas que me fueran conduciendo asta los aspectos socio-culturales y metapsicologicos, desarrollados por el referencial psicoanalítico, substrato de mi trabajo.

¡No puedo mas ignorar, en cuanto psicoanalista que, diferentemente do que ocurría en décadas pasadas, la menina no está mas encontrando formas de conducir sus impulsos pulsionales a lo recalque, como normalmente las familias y nuestras culturas criaban demandas para que esto ocurriese!

Constato ahora que nos es mas privilegio de los meninos presentaren conductas desadaptadas, principalmente en la edad cerca de 5-7 años. ¿Pero quien son estas meninas de ahora y como se presentan?

¡Llegan ansiosas, agresivas, temerosas… pero hablan! Discuten diferencias, se recusan a calarse… Llegan antes de se deciren mujer… antes de presentaren cuerpo de mujer. Pero ya sufren por se viren, presentan conflictos con su cuerpo y rivalidades entre iguales. Llegan con síntomas, con sufrimiento. Toman iniciativa delante abordajes de meninos, dejando perplejas las mujeres y hombres de otras décadas, ya pasadas.

¡Nosotros, psicoanalistas de niños, ya no mas “descansamos” en una sesión con una menina! Ya se van lejos os años donde nosotros nos quedábamos dibujando, confeccionando ropitas para bonecas… En cuanto los meninos nos cansaban corporalmente, con juegos de pelota y secciones de mucho movimiento…

Ahora las meninas también juegan pelota, movimentandose intensamente y construyen figurines de muñecas, pero ahora en los juegos, en las computadoras, donde hay mayor agitación mental y gran movilidad de acción.

El juego de fútbol no surge como resistencia al aparecimiento de las mudanzas corporales de la pubertad, como antes, cuando las meninas hacían síntomas de inhibición en esta etapa. El fútbol surge cerca de los cinco o seis años, indiscutiblemente, sin ninguna cuestión de ser o no pertinente al femenino.

Y preguntan… ¡Y la psicoanalista necesita pensar mucho y pensar y pensar rápido! ¡Más do que pensar, la psicoanalista necesita rever paradigmas!

Continuamos escuchando las producciones y acompañando los cambios: al revés de coser ropitas para as muñeca, concretamente, ahora “cosemos” virtualmente y de forma muy rápida un figurino completo, desde maquillajes y combinaciones de adornos, con discriminaciones sutiles de rimel para los ojos, color de eses productos para combinar con el color de las ropas. Navegamos juntos en el internet y en las posibilidades identificatorias…. La exigencia femenina es otra y si metaforiza, como demanda del universo actual, en la inmediatez y variedad de las tareas del cotidiano.

La angustia de extraer pedazos del cuerpo de la psicoanalista, para identificarse, si resignifica con una gama diversificada de preguntas y cuestionamientos, mucho mas intensos que en décadas pasadas. Hablan, pelean, se movimientan: antes de cualquier cosa. Son interlocutoras placerosas y desafiadoras de la clínica psicoanalítica!

Y la psicoanalista se pregunta: ¿Cual el significado de esto? ¿Cuales son las otras derivaciones posibles para la agresividad que no apenas el recalque, pensando en esta posición en cuanto una derivación de una posición falico-castrada a ser elaborada?

Al escúchalas, sigo transitando por los textos freudianos que organizaran mi pensamiento a cerca de la sexualidad infantil, el Complexo de Edipo y sus posibles elaboraciones en la sexualidad femenina.

Tengo presente que es desde la instalación del complexo de castración (Freud, 1925) es que son colocadas las definiciones de caminos para la menina, cuales sean: lo de la inhibición de la sexualidad (frigidez y/o neurosis histérica), o el “complexo de la masculinidad” (posición falica o asta la homosexualidad), o mismo el cambio libidinal en relación al padre y el deseo de tener un hijo de el, que constituí la posibilidad de salida para la femenilidad. En este texto (1925) se queda definido que el deseo del hijo es una forma exclusiva de resolución de la sexualidad, la única salida para alcanzar la femenilidad.

En un momento posterior, tiendo hecho este vínculo diferente con su padre, fortalece la identificación con su madre y se inician momentos de reparación de los ataques que le hice.

Afirma Freud que las pulsiones activas, presentes en la menina anteriormente al complexo de castración son de naturaleza “esencialmente masculina”. La menina necesitaría hacer el recalque de esto, que el denomina de sexualidad masculina, fase que ocurre con el surgimiento del deseo de tener un hijo, o sea, cuando ocurre la equivalencia hijo-falo.

Y vuelvo ahora para este año, 2007, donde soy la psicoanalista de estas meninas que viven y vivirán transformaciones que talvez, los adultos de esta generación vengan a limitaciones para acompañarlas. Decido volver para mi clínica, recurriendo a Piera Aulagnier cuando ella conceptúa “teorización fluctuante”: “la práctica siempre fue y nunca podrá ser si no teórico-clínica, de ahí la necesidad de la ‘teorización fluctuante’.” (Aulagnier, 1984, p.16)

¡En fin, son estas ‘meninas’ del 2007 que debo escuchar! ¿Lo que ellas me dicen en análisis?

Empezando por la queja, ‘meninas agresivas’, se que esto puede no representar un síntoma, pero solo unas expresión del incomodo social delante estas conductas. Pero aun que sean síntoma, no me cabe una escucha interpretativa generalizadora, pues un síntoma puede ser representativo de muchos y muchos momentos constitutivos del psiquismo.

También comprendo que no cabe en la psicoanalice un trabajo diseccionado para la inhibición de este síntoma, pero si, de interpretación ordenadora, un trabajo de ligación a partir de la clínica, con cada sujeto. Se hace necesario partir para las especificidades y es sobre ellas que podremos pensar salidas que contemplen la singularidad.

Decido entonces focalizar la clínica y sus especificidades:

Una menina ‘peleadora’, agitada, impaciente para cualquiera tipo de espera, crece un poco (9 anos) y no teme se exponer través de iniciativas frente a los meninos y hablar de esto. Al revés de dedicarse a elaborar ‘billetitos amorosos’ o ocuparse en comentarios con sus amiguitas sobre el asunto, como hacían las ninas en décadas pasadas, decide entonces enamorarlo: convence a su madre a comprar un anel y regala este anel al nino, anel que, en la cultura vigente, significa ‘alianza de novios’, elemento simbólico pertinente a relaciones amorosas entre adolescentes de este tiempo.

La reacción del menino es la de no aceptar el anel y de no querer mais ser su amigo, lo que la menina no comprende y no acepta, quedándose indignada con esta respuesta. La madre de esta nina, que compro el anel de novios y que la esta trasciendo para la terapia con quejas de agresividad, llega a la conclusión que la hija tuve azar en se apasionar por alguien que no la correspondía.

¿Y nosotros, psicoanalistas, como a entendemos esto? Se seguiremos la línea de pensarla como una menina falica la entenderíamos como quien toma el lugar del nino en la iniciativa. En relación a la respuesta del nino que se niega a aceptar, podríamos tomarlo como haciendo una recusa para no se quedar en una posición pasiva.

¿Pero, sendo psicoanalistas de la pos-modernidad, no seria importante ampliar la cuestión, pensando no solo en una actitud de recusa de la diferencia sexual? En el sentido hacer un movimiento rumbo a una ampliación metapsicologica, podríamos pensar en una dificultad de esta menina en atravesar una fase de ‘castración ontológica’, conforme conceptúa Silvia Bleichmar en un de sus seminarios, en lo cual discute la cuestión de la ética y el súper ego: lo que diferencia el deseo de un sujeto al del otro y que no tiene cuestiones en torno del femenino-masculino. Bleichmar propuso que la ética es, antes del término del Edipo en la infancia y no su resultado.

En este último ejemplo, comprendo que el nino se recuso a ser ignorado en cuanto un otro deseante. Hablo de una question que transcende a problemática da diferença sexual.

La base de la ética, el transitivismo moral, conduce la capacidad de identificación con el dolor del semejante. La renuncia al polimorfismo perverso es el encaminamiento asta la ética, por que se renuncia por el amor del otro y por respeto a si mismo, propone entonces Bleichmar, en ese mismo seminario.

Segundo sus palabras:

” …hoy yo defiendo la idea de que toda posibilidad de relación amorosa en la alteridad implica castración ontológica. Es imposible amar si no se está sobre la base de la incompletud. O sea, es lo que hace entrar en crisis el paradigma freudiano de que es una elección narcisista del objeto.”

Pasivo seria el sujeto para lo cual la única salida es la búsqueda de volver a ser lo que fuera, o sea, ser atendido por un otro, con lo cual vuelve al pasado. Silvia Bleichmar coloca entonces la situación como una cuestión de haber o no una castración ontologica: en ambos, hombre o mujer, si no ha reconocimiento que le falta, no puede amar al otro. Y lo que le falta no es pene o vagina, pero algo mas profundo de la alteridad y por esto puede también ocurrir en la homosexualidad. Para Bleichmar, la diferencia anatómica es una metáfora, un paradigma del tiempo en que Freud vivió, pero no es una única manera de reconocimiento de la alteridad, de la diferencia:

[…] ¿Lo que es pasivo o activo? …[…] digo siempre que el pasivo nada tiene a ver con la sexualidad femenina. Pero creo que la sexualidad femenina pasiva es de la época de Freud… […] No es de nuestra época en la cual la mujer participa en pie de igualdad en la relación sexual, y mas, busca y se queja de que el hombre lo quisiera.” […] Freud intenta salir de la categoría masculino-femenino con o activo-pasivo. Es verdad que el fantasma contemporáneo de su época, en lo cual el pasivo en el hombre es amenazador y en la mujer el activo, en la medida en que la sociedad condena las características activas de la mujer.[…]

Acrecentó:

[…] estoy fundamentalmente preocupada que, nosotros psicoanalistas, no nos quedemos fijados en el tema de la diferencia anatómica;…. que no se reduzca el tema de la castración a problemática genital. [… yo busco desgenitalizar la cuestión y restituirle una función universal que no esta, que quedó designada por modos ideológicos.[…] Sigue diciendo: Utilizo el termo castración ontológica para salir de la cuestión de siempre, se remeter al pene, la genitalidad ser la diferencia anatómica.

[…] En estos seminarios Bleichmar también diferenció ese concepto del concepto de fijación fálica:

[…]Podríamos decir que es una permanente metonimização del deseo en relación al fantasma de la completud fálica. Hablo de una imposibilidad de sustraerse del fantasma de la completad y, en este sentido, el sujeto vive la búsqueda de objetos o de situaciones que le dan la completude. …[…] Al revés de hablar en fijación fálica, prefiero hablar en renuncia a la incompletud.

[…] Segundo ella, el psicoanálisis es la única teoría que puede explicar la ruptura entre sexualidad y procreación. Pero, dice ella, muchos psicoanalistas están demasiados atados para explicar este fenómeno, porque raciocinan a partir de una teoría instintivista: no se puede explicar la maternidad solamente por la ecuación pene-hijo, cuando la mujer tiene tantos objetos substitutivos simbólicos de la castración ontológica, desde su propio cuerpo asta su trabajo.

Aun ahí, los cambios sociales y culturales establecen confusiones en los caminos identificatorios. Las meninas tienen aumentado su habilidad verbal y el confronto en sus discursos son confrontas imperativos que consiguen destituir la autoridad, en especial la materna. Las madres parecen no tener fuerza y constanza para se hacer cargo del embate competitivo y se dejan seducir por el discurso rico en informaciones y lógica, abandonando su lugar de contención y mando. No consiguen ver través de estas demostraciones de lógica verbal de las hijas y ver que existe un exceso de información no procesada, ‘encantando-se’ con una seudo-maturidad de las mismas. Talvez, inconscientemente ‘gocen’ al percibir mecanismos de ‘recusa’ de las hijas, interpretando la agresividad como fuga de una posición pasiva y masoquista.

Las madres quedan extasiadas con razones lógicas y ceden a presiones que, algunas veces, pueden ser fálicas, pero en muchos casos tan solo una incapacidad de realización do que Silvia Bleichmar llama de ‘castración ontológica’. En esta forma, probablemente defendiendo, inconscientemente, las hijas de una salida masoquista, al no hacer diques para la agresividad, también no consiguen ayudarlas a encontraren las salidas que llevan al erotismo femenino. Fallan, justamente cuando las hijas atraviesan movimientos psíquicos que les demandan mucha seguraza identificatoria.

En esta forma, este tipo de función materna favorece interrupciones en las formas de expresión hostiles propias de la sociedad contemporánea, cediendo logar a escenarios de depredación mutuas en las relaciones entre las madres y las hijas. En estos casos, presenciamos el narcisismo favoreciendo una vía libre para la hostilidad inconsciente y, al mismo tiempo, la falta de relaciones amorosas que posibiliten la desidentificación fálica.

La agresividad de las meninas en la transferencia:

En la práctica de mi clínica observo que el contenido de estos confrontas agresivos, competitivos con lo cual estamos trabajando, también en transferencia, no nos habla apenas de un síntoma de la nina, de la recusa en aceptar la falta, en cuanto diferencia sexual.

Pensando en esta forma, la tarea transferencial se hace más difícil, ya que no estamos hablando en resolverla con interpretación sobre la ‘falicidad’. ¡Antes de esto, será ‘en transferencia’ que tendrán que sentir su logar de niña; en transferencia, tendrán que poder atacar, contestar y tener envidia, bien como, sentir que esta fuerza pulsional no es peligrosa, pero si, que se trata de una fuerza que puede encontrar diferentes derivaciones, un fuerza que busca significación, sin perder el logar de niños, sin perder el logar femenino! Hay también que se poner diques en esta agresividad, pero ayudando la niña a discriminarla en toda su complejidad.

Pienso que esta problemática, en este momento, está exacerbada porque la diferenciación entre el yo y el otro tiene sido dificultada por nuestra cultura, en la cual predominan formas narcísicas de coexistencia, donde los nuevos padrones sociales ofrecen poca consistencia en la pasagen primera de valores y organización de las leyes y donde las funciones parentales se encuentran en importantes transformaciones debido a cambios en los roles de la pareja y en las relaciones con el ambiente de trabajo.

Tratase, también, de atravesar la falta ontológica, anterior a la diferenciación sexual. Percibo que la diferencia de genero no se coloca como la cuestión mas importante en estos síntomas de ‘agresividad’, pero si, la diferencia entre el yo y el otro, que posibilita el cambio amoroso y la productividad eficaz, no solo la competitiva.

Trato de escuchar ‘meninas peleadoras’ y lo que ellas colocan de enigmas para serien resueltos, sin olvidar que sus propios fantasmas sin excluir los significantes culturales que pueden redimensionar la noción de pasivisación de la pulsión. Precisamos ayudarlas a capturar y elaborar las diferencias subjetivas, se apropiaren de estas diferencias y trabajaren en la margen de transformación que estos significantes les permiten, tarea que nos cabe en cuanto psicoanalistas.

Vera Blondina Zimmermann Psicoanalista, Membro do Departamento de Psicanálise do Instituto SEDES SAPIENTIAE/SP, Dra em Psicología Clinica-PUC/SP

[¹] Investigações sobre Motivos de Consulta na clinica com crianças, tanto na clinica particular como na pública (CRIA- Centro de Referência da Infância e Adolescência da UNIFESP/Escola Paulista de Medicina).
Su reconocimiento de la distinción anatómica entre los sexos obliga las meninas a se distanciaren de la masculinidad y da masturbación masculina, para nuevas líneas que la conducen a la femenilidad. […] Ella abandona el deseo de tener un pene Y coloca en su lugar el deseo de un hijo; con ese fin en vista, toma al padre como objeto de amor. La madre se torna objeto de sellos. La menina se transformo en una pequeña mujer. (Freud, 1925, p. 284).

BIBLIOGRAFIA:

AULAGNIER, Piera. (1984) O Aprendiz de Historiador e o Mestre-Feiticeiro: do discurso identificante ao discurso delirante. São Paulo, Escuta, 1989.
BLEICHMAR, Silvia. Seminário sobre Ética. São Paulo, dezembro de 2006.
__________________ Paradojas de la Sexualidad masculina. Buenos Aires, Paidós, 2006.
FREUD, Sigmund.(1905) Três Ensaios da Teoria Sexual. ESB, vol. VII.
_______________ (1915) Os instintos e suas vicissitudes.ESB, vol. XIV.
_______________ (1917) As transformações do instinto exemplificados no erotismo anal. ESB, vol. XVII. ________________ (1923) Organização Genital infantil. ESB, vol. XIX.
________________ (1925) Algumas conseqüências psíquicas da diferença anatômica dos sexos. ESB, vol. XIX.
_________________(1931) A sexualidade feminina.ESB, vol. XXI. LISPECTOR, Clarice. Crônicas sobre o Feminino. Rio de Janeiro, Editora , 2006.

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Dra. Vera Blondina Zimmermann
Dra. em Psicologia Clínica - PUC-SP, Professora afiliada do Departamento de Psiquiatria da Universidade Federal de São Paulo, Coordenadora do Núcleo Bebês com Sinais de Risco em Saúde Mental no mesmo departamento. Membro do Departamento de Psicanálise do Instituto SEDES SAPIENTIAE onde coordena o curso Clínica Interdisciplinar da Primeira infância.

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